¿Te imaginas vivir semanas sin que anochezca o meses con una oscuridad casi absoluta? En ciertos lugares del planeta, el sol se comporta de forma extrema: puede permanecer sobre el horizonte durante días enteros o desaparecer durante mucho tiempo. Estos fenómenos, conocidos como sol de medianoche y noche polar, no solo son espectaculares, también condicionan la vida de quienes habitan esas regiones.
En este artículo haremos un recorrido por los lugares del mundo donde el sol nunca se pone (o casi), exploraremos ciudades conocidas, rincones poco turísticos y curiosidades sorprendentes sobre cómo las personas se adaptan a estos ciclos de luz tan diferentes.
Por qué en algunos lugares el sol no se pone (o no sale)
Para entender dónde y cuándo el sol no se pone, primero hay que saber qué ocurre con la posición de la Tierra en el espacio.
La Tierra está inclinada unos 23,5° respecto a su órbita alrededor del Sol. Esa inclinación hace que, a lo largo del año, los polos se inclinen alternativamente hacia el Sol o se alejen de él. Como resultado, las regiones cercanas al círculo polar ártico y antártico viven periodos en los que el sol no llega a ponerse por completo o, por el contrario, no llega a salir.
De manera general:
- Sol de medianoche: ocurre cuando el sol permanece sobre el horizonte durante 24 horas o más. El cielo se mantiene claro incluso a medianoche.
- Noche polar: periodo en el que el sol no llega a salir por encima del horizonte y el día se reduce a un breve crepúsculo o a oscuridad casi total.
Estos fenómenos aparecen de forma progresiva: cuanto más cerca del polo, más largos son los días continuos de luz o de oscuridad.
El círculo polar ártico: la gran franja del sol de medianoche
El círculo polar ártico es la línea imaginaria que rodea el polo norte a unos 66,5° de latitud norte. Todos los lugares situados por encima de esa línea, al menos una vez al año, viven un día en el que el sol no se pone y otro en el que no sale.
Aunque solemos imaginar estas regiones como desiertos de hielo inhabitables, lo cierto es que hay ciudades, pueblos y comunidades que han aprendido a convivir con el sol eterno del verano y la oscuridad profunda del invierno.
Noruega: el país del sol de medianoche
Noruega es uno de los destinos más asociados al sol de medianoche, y con razón. Buena parte de su territorio se extiende por encima del círculo polar ártico, ofreciendo días casi eternos durante el verano.
Tromsø: ciudad de fiesta bajo el sol nocturno
Tromsø, situada a unos 350 km al norte del círculo polar ártico, es una de las ciudades más conocidas por sus fenómenos solares extremos.
- Sol de medianoche: aproximadamente entre finales de mayo y finales de julio, el sol no llega a ponerse.
- Noche polar: de finales de noviembre a mediados de enero, el sol no sale en absoluto.
Un dato curioso es que, durante el sol de medianoche, la ciudad organiza maratones, conciertos y actividades al aire libre a medianoche como si fuera pleno día. La vida social se prolonga hasta horas que serían consideradas madrugada en cualquier otro lugar.
Nordkapp y Svalbard: al borde del fin del mundo
Dos de los puntos más extremos de Noruega son Nordkapp (Cabo Norte) y el archipiélago de Svalbard:
- Cabo Norte: considerado a menudo el punto más septentrional de Europa accesible por carretera, disfruta de sol de medianoche aproximadamente entre mediados de mayo y finales de julio.
- Svalbard: este archipiélago, aún más al norte, vive un sol de medianoche prolongado desde finales de abril hasta finales de agosto.
En Svalbard, la noche polar puede durar más de tres meses, y en pleno invierno hay periodos en los que reina la oscuridad absoluta, rota solo por la nieve y las auroras boreales. Además, es uno de los pocos lugares del mundo donde es posible ver auroras boreales en pleno día invernal, gracias a la ausencia total de luz solar directa.
Islandia: un verano sin noche (aunque no tengas sol de medianoche en Reikiavik)
Islandia está muy cerca del círculo polar ártico, y aunque su capital, Reikiavik, se encuentra justo al sur de esa línea, el verano ofrece noches tan claras que la oscuridad prácticamente desaparece.
En el norte de la isla, cerca de Akureyri o el lago Mývatn, el sol se acerca al comportamiento del sol de medianoche, apenas rozando el horizonte sin llegar a desaparecer por completo en algunas fechas cercanas al solsticio.
Un detalle interesante es que, aunque técnicamente el sol sí llega a ponerse en Reikiavik en verano, el crepúsculo es tan prolongado que nunca se hace completamente de noche. La oscuridad total puede desaparecer durante semanas, lo que para muchos visitantes ya se siente como un sol de medianoche.
Finlandia y Suecia: la vida cotidiana en la "tierra de la noche blanca"
En el norte de Finlandia y Suecia, especialmente en la región de Laponia, el sol de medianoche es un elemento clave del calendario anual.
Rovaniemi y la Laponia finlandesa
Rovaniemi, conocida popularmente como la ciudad de Papá Noel, se encuentra casi sobre el círculo polar ártico. Aunque su periodo de sol de medianoche es relativamente corto, los días de verano son extremadamente largos.
Más al norte, en lugares como Utsjoki, el sol puede permanecer sobre el horizonte durante más de 60 días seguidos. Aquí, la cultura sámi, el pueblo indígena de la región, ha desarrollado tradiciones y formas de vida adaptadas tanto al exceso de luz como a la larga oscuridad invernal.
Kiruna: la ciudad minera bajo cielos extremos
En el norte de Suecia, la ciudad de Kiruna es un ejemplo de comunidad industrial que vive bajo un cielo extremo. En verano, el sol no se pone durante alrededor de dos meses, mientras que el invierno trae semanas de oscuridad polar.
Una curiosidad es que, debido a la actividad minera, gran parte de la ciudad está siendo trasladada algunos kilómetros más allá. El cambio no modifica sus fenómenos solares, pero sí la forma en que la población experimenta estos ciclos en un nuevo entorno urbano.
Groenlandia: aldeas aisladas con días eternos
Groenlandia, gran isla cubierta en su mayoría de hielo, está salpicada por pequeñas comunidades costeras. Muchas de ellas, especialmente en el noroeste y noreste, viven fenómenos extremos de luz y oscuridad.
En lugares como Qaanaaq (también conocida como Thule), el sol de medianoche se extiende durante varios meses. La vida se adapta con horarios flexibles: se cazan focas y se navega en plena madrugada, aprovechando que la luz lo permite.
Durante la noche polar, en cambio, gran parte de la actividad se concentra en interiores, y el cielo se convierte en escenario natural para auroras boreales casi diarias.
Canadá y Alaska: comunidades indígenas bajo el cielo infinito
En el norte de América, tanto Canadá como Estados Unidos (en su estado de Alaska) albergan poblaciones que viven con el sol que nunca se pone.
Barrow (Utqiaġvik), Alaska: luz continua en el extremo norte
Utqiaġvik, conocida durante mucho tiempo como Barrow, es la ciudad más septentrional de Estados Unidos. Aquí, el sol se mantiene por encima del horizonte aproximadamente desde finales de mayo hasta principios de agosto.
Lo inverso también ocurre: entre noviembre y enero, la comunidad experimenta semanas sin salida de sol. Solo se percibe una tenue franja de luz azulada en el horizonte al mediodía, una especie de crepúsculo permanente.
Territorios del norte de Canadá
En regiones como Nunavut o los Territorios del Noroeste, pequeñas comunidades inuit viven con ciclos de luz similares. Algunos puntos curiosos incluyen:
- Alert, en Nunavut: es el asentamiento permanentemente habitado más septentrional del planeta. Su temporada de sol de medianoche dura cerca de cinco meses.
- En muchas de estas comunidades, la caza y la pesca se organizan según la luz disponible, y no tanto por el reloj, lo que crea una relación distinta con el tiempo.
Rusia: el gigante del norte y sus ciudades casi desconocidas
El norte de Rusia ocupa una enorme franja dentro del círculo polar ártico. Además de la conocida ciudad de Múrmansk, hay asentamientos poco mencionados donde el sol de medianoche es parte del paisaje.
Múrmansk: la gran ciudad ártica
Múrmansk es la mayor ciudad del mundo situada dentro del círculo polar ártico. Durante el verano disfruta de semanas de sol continuo, mientras que en invierno la noche polar puede extenderse durante alrededor de 40 días.
A diferencia de pequeñas aldeas, Múrmansk es una ciudad portuaria estratégica, lo que hace que este fenómeno no sea únicamente un atractivo turístico, sino una realidad con la que conviven cientos de miles de personas.
Pueblos remotos en la península de Kola y Siberia
Más allá de Múrmansk, en la península de Kola y a lo largo del litoral ártico siberiano, existen numerosos pueblos y bases científicas que viven en una especie de aislamiento lumínico: meses de sol, meses de oscuridad y un tránsito rápido entre estaciones.
En algunos de estos lugares, el acceso solo es posible por barco rompehielos o por avión, y la planificación de suministros tiene que considerar la visibilidad, la formación del hielo y la duración de la luz solar.
Antártida: el lugar donde el sol se queda medio año en el cielo
Si hablamos de extremos, la Antártida se lleva el protagonismo. Aunque no es un lugar donde viva población civil estable como en el Ártico, las bases científicas experimentan el sol de medianoche y la noche polar de forma muy marcada.
Cerca del polo sur geográfico, el sol sale una vez al año y se pone una vez al año. Hay aproximadamente seis meses de luz continua y seis meses de oscuridad. Entre ambos periodos, el sol parece dar vueltas lentamente alrededor del horizonte, subiendo y bajando muy despacio.
Las bases de investigación, como la Estación Amundsen-Scott o la Base Concordia, son lugares singulares para estudiar cómo la exposición a luz o a oscuridad permanentes afecta al cuerpo humano, la psicología y los ritmos biológicos.
Casos curiosos: lugares donde "casi" nunca se hace de noche
No es necesario cruzar el círculo polar para disfrutar de noches tan claras que parecen día. Algunos lugares, por su latitud y su clima, viven veranos en los que la oscuridad prácticamente desaparece.
San Petersburgo y las noches blancas
San Petersburgo, en Rusia, es famosa por sus noches blancas. Aunque el sol sí llega a ponerse, el crepúsculo se prolonga durante horas y nunca se alcanza la oscuridad total durante algunas semanas cercanas al solsticio de verano.
Este fenómeno ha inspirado festivales, literatura y tradiciones culturales. La ciudad organiza celebraciones, conciertos y espectáculos que se extienden hasta el amanecer, bajo un cielo azul pálido que nunca se torna negro del todo.
Escocia, Irlanda y el norte de Reino Unido
En latitudes más moderadas, como el norte de Escocia o partes de Irlanda, las noches de verano son sorprendentemente breves. Aunque no hay sol de medianoche, el cielo permanece claro hasta muy tarde y vuelve a iluminarse temprano.
En algunos pueblos costeros del norte de Escocia, por ejemplo, la oscuridad total puede reducirse a apenas unas pocas horas, lo que da la sensación de que el día apenas se interrumpe.
Cómo se adapta la vida humana a los días eternos y a las noches sin fin
Vivir donde el sol nunca se pone (o casi) plantea desafíos curiosos y, en ocasiones, serios para la salud y la organización social.
Impacto en el sueño y el reloj biológico
El cuerpo humano está programado para seguir un ritmo circadiano de unas 24 horas, basado en ciclos de luz y oscuridad. Cuando la luz es continua o la oscuridad se prolonga durante semanas, ese reloj interno puede desajustarse.
- En el sol de medianoche, muchas personas tienen dificultades para conciliar el sueño o sienten que tienen más energía de la habitual.
- En la noche polar, es común experimentar somnolencia diurna, apatía o cambios en el estado de ánimo debido a la falta de luz solar.
Por ello, en muchas casas del norte del mundo son habituales las cortinas opacas en verano y las lámparas de luz especial (terapia lumínica) en invierno.
Organización de horarios y costumbres
Las comunidades que viven en estas latitudes han creado costumbres y horarios adaptados a la luz:
- Eventos deportivos y culturales organizados a medianoche durante el sol de medianoche, aprovechando la luz natural.
- Escuelas y trabajos que respetan horarios fijos para dar estructura, aunque la luz exterior invite a seguir despierto.
- Fiestas tradicionales que celebran la llegada del primer amanecer tras la noche polar, o el primer día en que el sol vuelve a ponerse tras un largo verano de luz continua.
Consejos prácticos si quieres visitar lugares de sol de medianoche
Si estás pensando en viajar a alguna de estas regiones, es interesante prepararse tanto para el espectáculo como para el efecto que puede tener sobre tu cuerpo.
- Lleva antifaz para dormir: te ayudará a bloquear la luz si no estás acostumbrado a dormir con claridad exterior.
- Planifica actividades nocturnas: aprovecha la luz extra para hacer excursiones, fotografías o paseos a horas poco habituales.
- Respeta una rutina: intenta mantener horarios regulares de comida y sueño, aunque no te apetezca irte a la cama aún de día.
- Revisa las fechas exactas: el periodo de sol de medianoche varía según la latitud. Consulta las tablas locales de salida y puesta del sol antes de reservar.
- En invierno, considera la oscuridad: si viajas en temporada de noche polar, ten en cuenta que muchas actividades dependerán del clima, la visibilidad y la nieve.
Explorar los lugares donde el sol nunca se pone (o casi) es una manera única de comprender cuánto influye la luz en nuestra percepción del tiempo y en nuestra forma de vivir. Desde pequeñas aldeas inuit hasta grandes ciudades como Tromsø o Múrmansk, estos rincones del mundo muestran una relación con el cielo que desafía nuestra idea de lo que es un "día" y una "noche".